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Disertaciones sobre videojuegos, cine, ciberpolítica... de todo un poco, vamos... Disertaque? Na, que hablo mucho.

lunes, diciembre 18, 2006

De puertos y naves espaciales.

Bueno, esto nace como un intento de explicar un concepto que muchas veces se atraganta a la mayoría de la gente. No lleva la seria intención de substituir a la extensa información sobre puertos que puedes encontrar a lo largo de la red (NO en la wikipedia española, pero bueno) y sí que lleva la intención seria de sentar una base de conocimiento sobre el tema en gente que ya lo tenga atragantado. Por todo esto será explicado con un simil creo que sencillito, bastante gráfico y agradecido para con los amantes de la ciencia ficción. Dejo claro que no me pienso meter en TCP's o UDP's ni nada parecido y me gustaría dejar claro también que este simil no es ampliable, y que la relación entre un puerto informático de datos y el hangar de una nave espacial no tienen nada más en común (si a alguien se le ocurre pensar que en su PC hay oficiales, tripulaciones o demás... bueno, le aconsejo buscar ayuda especializada).

Una vez hecha la presentación y el disclaimer empezamos:

Imaginemos pues una nave espacial en órbita sobre ningún lado (si es que ningún lado se puede orbitar... ya que no hay gravedad y .. este no es el tema). Dicha nave tiene, como es fácil comprender, un activo comercio con otras naves para así poder hacerse con cosas de las que carece como alimentos, armamento, prost... armamento. Obviamente esta nave, a la que a partir de ahora llamaremos... 192.168.0.1, necesita un buen hangar para cubrir sus necesidades comerciales, y lo tiene, vaya si lo tiene. Un buen hangar con muuuuuuuuuuuuuuuchos andenes (65535) distintos.

Tras varios conflictos (cargamentos que se perdían, problemas con la entrega, etc) la nave adoptó un estricto esquema de aceptación de envíos que consiste en que cada andén (a los que la tripulación gusta de llamar "puertos") acepta un tipo, y solo UN tipo de cargamento. Así el andén 80 solo acepta Hierba Toa Trabajá Pacomer ya que es en ese andén donde están destinados la tripulación y los oficiales más preparados para aceptar, procesar y repartir dicha mercancía. Este andén 80 forma parte de los andenes fijos, que dada su importancia siempre han de estar destinados a un uso muy específico, y como él el 23(TELNET), 21(FTP)...

El resto de andenes o "puertos" están libres para recibir cualquier otro tipo de mercancía, pero claro, antes de recibirla tienen que estar de acuerdo con el que se las envía para que éste lo haga al lugar correcto, lugar al que previamente los mandamases del navío habrán destinado a la gente más preparada para su recepción y procesamiento.

Está claro que para que la nave esté segura contra los piratas espaciales (el hombre es animal de costumbres) no puede tener abiertos todos los puertos, ya que de este modo la nave sería altamente insegura, cosa que no interesa a su afanado dueño, el Comandante Roger Root. Por esto su Jefe de Seguridad ha diseñado un conjunto de leyes de entrada al que ha llamado Fire Wall que define que puertos están abiertos y cuales están cerrados al comercio dependiendo de las necesidades comerciales en ese momento (que épico to esto).

Pero que hay de los demás? como hacen envíos a 192.168.0.1?

Pues es muy simple, pongamos por ejemplo a otras 2 naves, os presento a: 192.168.0.2 y a la nave militar 192.168.0.3.

Tenemos que 192.168.0.2 quiere mandar un cargamento de Hierba Toa Trabajá Pacomer a nuestra nave inicial (la amiga 192.168.0.1), pues en este caso no tiene más que hacer que decirle a su nave mensajera que vaya a toa leche hacia 192.168.0.1 con el cargamento de Hierba, no tiene que decirle en que puerto de la nave de destino la tiene que entregar ya que es un cargamento que se envía tan frecuentemente que 192.168.0.1 ha aceptado el convenio de recibirlo siempre por el puerto 80.

Pero en el caso de nuestra nave militar 192.168.0.3, que quiere enviar a 192.168.0.1 un cargamento de armas, la cosa no es tan sencilla, aunque no deje de serlo. Lo único que tiene que hacer es enviar el cargamento a dicha nave adjuntando una dirección de puerto ya que los comandantes de ambas naves ya fijaron una mientras se tomaban unas copichuelas galácticas (así en la dirección de entrega del cargamento figurará: 192.168.0.1:666, de modo que el mensajero sabe en que puerto DEBE entregar las armas). De este modo, cuando el cargamento de armas llegue a 192.168.0.1 la nave mensajero se dirigirá directamente al puerto acordado, el cual ya ha sido marcado como abierto en el Fire Wall del jefe de seguridad y preparado con la tropa más especializada por el comandante R. Root.

Así un servidor tiene programas servidores a la escucha en ciertos puertos y es a ellos, y solo a ellos, los especializados, donde los clientes deben intentar conectarse.

Bueno, espero que se haya entendido la base de todo esto, que es bastante más complicado que lo que he explicado, pero bastante más simple de lo que parece. Para todo lo demás, queridos lectores, os recomiendo que useis el puto google. Un saludo para algunos y un beso para alguna.

miércoles, mayo 03, 2006

La Segunda Luna (VI)

Comida

La puerta se abre por primera vez desde que Lean se fué:
-Ya estoy en casa.- Se oye gritar al pie que acaba de posarse en el pasillo. No tarda nada en dejar todas sus cosas en el mismo sitio en que las lleva dejando desde antes de que Max naciese, nada tampoco en llamar a la puerta de su habitación: "Estúpida tradición" Piensa él.
-¿Se puede pasar?-
-¿Cambiaría algo un no?-
La puerta se abre con satisfacción, como si le hubiesen dedicado el "sí" más sonoro y convencido... se abre, en fin como se habría abierto fuese cual fuese la respuesta.
-¿Ha llegado tu madre?-
-No, al menos eso creo, llevo un rato navegando, y como tú mismo dices: "hijo, para ti estar conectado es como dejar de estar vivo, no te enteras de nada de lo que pasa a tu alrededor".-
-Bueno, me tocará a mi hacer la comida entonces, ¿no crees?- Nada, ni toca el puñal, se lo deja clavado en la espalda.
-Cuando esté lista haz el favor de avisarme, no vaya a perderme la reunión familiar más importante del día.-
-Lo haré gustoso.- Cierra la puerta, pesar en su cara... hay puñales que duelen, aunque no quieras sacartelos delante del enemigo, por no gritar.

La segunda vez que la puerta se abre. Este pie solo dice un mecánico "Hola cariño" mientras el otro le adelanta, encaminandose hacia la cocina.
-¿Que tal te ha ido en el trabajo?-
-Digamos que bien... por lo menos el jefe no me acosa.-
-¡Uy! pues ya puedes decir más que yo- dice él con un marcado tono burlesco.
-No estoy para burlas, ¿sabes que hoy he llegado 20 minutos tarde?-
-Yo no fuí, ¡lo juro!-
-Nah, hay veces que es imposible hablar contigo.-
-No te enfades anda, es solo una broma, estoy contento, ¿sabes que me van a subir el sueldo?-
-¡Genial!, por fin podré dejar de trabajar.-
-... No tanto...- Dice el dedicándole una mirada de lado.
-¡Hey!, no vas a ser el único con derecho a bromear de toda la casa, ¿verdad? A ver, ¿qué has preparado hoy?-
-Nada especial, solo unos espaguetis.-
-No seas tonto, ya sabes que me encantan.- Se acerca a él con una sonrisa y le planta un beso en la frente, esperando que crezca y que él nunca la olvide.
-¡Lorak a comer!-
Se oye la puerta, las escaleras, el pasillo...
-¿Que tal te ha ido en el trabajo?- dice Max con cara de felicidad.
-Vaya, ¿y tú interesandote por mi trabajo, cariño?-
-Nah, solo intentaba encontrarle la diversión a esa frase que os repetís el uno al otro cada vez que llegais a casa, ¿que hay de comer?- Su cara había cambiado, de nuevo esa cara de triste indiferencia que tanto le gustaba, pensó "Si solo respondieses, si dejases de prejuzgar mis sentimientos o intenciones... tal vez todo iría mejor".
-Espaguetis, sientate anda, y deja de hablar así a tu madre.-
Se sentó, callado, no merecía la pena discutir... dos contra uno, valiente situación.
-Enciende la tele, ¿vale?-
-Las noticias, ¿no?- Sin esperar una respuesta cogió el mando y pulsó un boton, al azar, en este horario todos emiten lo mismo, muertes y política.

De nuevo estaba en la mesa, y de nuevo sus padres hablaban, y de nuevo se aburría, así que de nuevo miró la televisión, pensando si no sería ella realmente la encargada de su educación.
-Pues vino un tío que quería un seguro para su moto.-
-Esta mañana el doctor Hols Tornis ha realizado un ...-
-Y que pasa, ¿no se lo podías hacer?-
-...fabuloso descubrimiento, pinturas rupestres aún sin...
-Por mi se lo haría... pero no creo que la compañía me deje asegurar a alguien con tantos accidentes en un solo año.-
-... identificar ni fechar. Dichas pinturas han sido halladas...
-¿Cuantos?- preguntó ella con curiosidad.
-... en una zona desértica, muy cercana al Lonsy...-
-Solo 10, fíjate que burrada.- Sonrió.
-... retransmitiremos ahora una importante entrevista que hemos hecho al famoso científico...-
-¿Cuantos dices?, ¡Lorak, baja el volumen de ese condenado chacharro!-
-... que, aun conmocionado por su descubrimiento ha dejado caer que ...-
-Tranquila, mejor lo apago y me largo, ya he terminado- dijo Max agarrando el mando.
-... aún podrían enc-
-Mucho mejor así, pero tú no te "largas" hasta que terminemos de comer todos- Mirando ahora para Oriam dijo -¿10 has dicho?-

miércoles, abril 26, 2006

La Segunda Luna (V)

Día

La luz entró por la ventana iluminando su cara aún dormida, dejando notar que el día había llegado. Se dió la vuelta y siguió durmiendo, al menos en apariencia pues realmente se encontraba en ese estado en el que nuestra conciencia imagina que vive. Todo para no recordar que es inevitable que muera.
Se levantó, despacio, sin ganas: "Vacaciones, sí... tiempo libre del que deberíamos disfrutar... al menos después de sufrir buscando algo que hacer" Sin saber por qué encontró algo gracioso en ese pensamiento, tal vez el orgullo de haber pensado tal tontería, y sonrió. Esa noche no había soñado.

-Buenos días- le comentó al aire, como cada mañana, y como cada mañana, el aire le respondió con voz de mujer:
-Buenos días Lorak, ¿que tal has dormido?-
-Bien, supongo, la verdad es que pensaba que dormiría peor.-
-Bueno, a lo nuestro, ¿qué quieres desayunar?-
-Solo un par de tostadas, gracias.-
Tija le sirvió tres rebanadas de pan pasado por la sartén: -Ahí tienes.-
-Gracias, ¿a que hora te vas a trabajar?-
-Pues ahora que lo dices... creo que llego tarde- dijo ella mirando el reloj... no parecía importarle demasiado llegar tarde, pero Max sabía que no era así, intentaría salir lo antes posible de casa, pero intentaría también que no pareciese que tenía prisa.
Quedaba aún un mordisco de la segunda tostada cuando la puerta de la calle rechinó y se cerró, aún no había empezado la tercera cuando el coche salió del garaje.
-Veamos, ¿qué hago ahora?, tengo todo el tiempo del mundo... y no se en que usarlo, la verdad es que cambiaría la mayoría de ese tiempo por un par de neuronas más, o mejor, por un par de neuronas menos- sonrió, estaba muy orgulloso de esta teoría: "Cuanto más tonto es uno, más feliz es su vida." Se había dado cuenta mientras, aburrido y harto de todo, vió a dos vecinos suyos pasar toda la tarde riendose mientras le pegaban patadas a una lata. Al diá siguiente lo intentó él e incluso la primera patada le resultó aburrida.
Llegó al salón, cogió el mando e iba a encender la televisión pero pensó que el no saber que hacer no era una buena escusa para dejar que otros decidiesen lo que debía o no debía ver. Subió a su habitación, se tumbó en la cama y sin saber como ni porqué, se durmió.... y sin saber como ni porqué, soñó.

-¡Ah!- El timbre lo sacó de ese mundo, un mundo tan terrorífico como intangible, ese mundo que se escapaba de sus manos cada vez que despertaba, sin dejar siquiera el recuerdo de si alguna vez lo tuvo entre ellas. No tardó mucho en saber que estaba en casa, en su habitación y que había tenido otra vez ese maldito sueño, no tardó tampoco en descubrir qué era lo que estaba mojando su almohada, si que tardó, en cambio, en darse cuenta de que alguien llamaba al timbre de su casa. Cansado de llorar y retorcerse, quien sabe, bajó las escaleras para contemplar el rostro de su salvador.

-Hola Lean, y gracias.-
-¿Gracias dices?, ah si, ya entiendo, me estás agradeciendo que no te parta la cara después de haberme hecho esperar aquí como un imbécil, ¿tienes una ligera idea de cuanto llevo timbrando delante de tu maldita puerta?-
-Vaya, parece que vienes de buen humor, has conseguido decir todo eso sin que apenas se te hinchase la vena...-
-Sí, vengo de un humor excelente, sabes que estamos de vacaciones, ¿no? ¡Tío esto hay que celebrarlo!-
-Oh, si, claro, perdona pero es que me dejé los petardos en el otro pantalón...-
-¿Petardos? ¡Genial, sube a por ellos, corre, que tengo ganas de juerga!-
-¿Pero es que acaso no sabes lo que es la ironía?-
-Sí, lo se- Pronunció esto mientras una sonrisa maliciosa brotaba de sus labios. Lo había vuelto a hacer. Max entendió esa sonrisa y comprendió que solo había recibido ironía por su ironía... justo trato, pensó.
-Vale, vale, ¿qué plan tienes para hoy?-
-¡Ja! ¿crees que si tuviese algún plan vendría a verte?-
-Entra anda, siempre podemos echar una partida a algo-

martes, abril 18, 2006

La Segunda Luna (IV)

Domingo

El sol iluminaba la fachada delantera del pequeño chalet cuando llegaron, dando vida a las plantas y flores de su madre, y arrancandole brillos al coche de su padre mientras él lo lababa. "Estoy seguro de que me vende en el mercado negro de órganos antes de desacerse de ese coche", pensó. Su padre frotaba y frotaba, mimaba la pintura y admiraba cada una de las curvas del automóvil, tantos años de trabajo para conseguirlo, bien merece la pena pararse y admirarlo.

Su madre los vió primero, por el inmenso ventanón del salón:
-Otra vez con esa chica... Yainea... ¿no se hartará de intentar conseguirla? - comentó aún a sabiendas de que nadie la oiría.
Las llaves giran, con ese estridente sonido, se oye un saludo en voz alta seguido por una despedida menos ruidosa, privada. Max entra, se sienta y mira la televisión, o mejor dicho mira hacia la televisión, Tija, su madre, sabe que su mente no está ahi, con su cuerpo, ni en este momento ni en este lugar, sabe que Lorak esta pensando en la pasada noche, en sus sueños...
-¿Que tal te lo has pasado?
-Bien, me encontré con Yainea- Mentira.
-Ajá y de paso estuviste espadeando, ¿no?
-Un poco, solo un par de golpes.
-La proxima vez intenta que sean más de un par, a ver si rompes esa estúpida espada de una vez.
Max se levanta, asqueado, harto, y se dirige a su habitación: "Tal vez un par de partidas a la consola me den un poco de sueño, así quizás duermo toda la tarde y no tengo que aguantarlos más" un escalofrío recorre su espalda: " y así volveré a soñar, volveré a gritar, volveré a sufrir, no, gracias, no me apetece sufrir de día. Ya me llegan las noches", y con este pensamiento encendió el ordenador, quizás comprobar el mail le relajase, quizás lo apartase de todo.

-La comida está lista- la voz de Oriam lo apartó de sus viejos mails y sus viejas amistades, casi todas perdidas. Bajó las escaleras despacio, listo para lo que pudiera oir, pero nunca preparado.
-Sientate, Lorak, ¿que te apetece?- Le preguntó su madre, nada más llegar.
-¿Volver a mi habitación y olvidarme de que existís es una respuesta válida?
-Si, pero con una pequeña modificación: Volver a tu habitación y recordar que existimos durante cada minuto de la semana que te quedarías sin salir de ella.
-Vale,- dijo Max, aburrido - tú ganas.- "siempre lo haces".
-¿Has ido a la iglesia hoy, Lorak?- preguntó su padre intentando cambiar de tema.
-Ya sabes lo que pienso, los cristianos habeis matado a vuestro Dios hace mucho tiempo, yo no voy a entierros de dioses, no es una de mis aficiones.
-Pues deberías, a ver si así dejabas de una vez tu espadita, tus videojuegos , tus dragones y tus mazmorras.
-Lo dices como si tú no usases mi consola.
-Todo en la justa medida, hijo, todo en la justa medida.
-Pues yo quiero ver el tamaño del metro que usas para medir el tiempo que pasas adorando tu coche.
-Bah, tal vez algún día lo entiendas.
-Por lo que a mi respecta, yo ya he comido- Dijo Max mientras se levantaba.
-Por lo que a mi respecta vas a pegar el trasero a esa silla, algunos aún estamos comiendo.- intervino Tija, malhumorada.
Max se sentó, despacio, intentando aparentar que no le importaba quedarse allí mientras sus padres comían y hablan de sus tonterías, tonterías que tendían a parecerles lo mas importante del mundo en ese momento, como si nada más mereciese mención. No lo consiguió.

jueves, marzo 23, 2006

The Legend of Zelda: Phantom Hourglass



No tengo nada más que decir, lo quiero, tú lo quieres, TODOS lo quieren

La Segunda Luna (III)

Yainea

-Hola.
-Ah..., hola.- Dice Max, despertándose, o tal vez no.
-Veo que te has vuelto a dormir, Lorak.
-Te he dicho mil veces que no me llames así.
-Mil y una, si contamos que la última vez también era según tú la número mil, ¿recuerdas?
-Mira, la verdad, estoy bastante harto de este tipo de discusiones, ni que fuesemos novios.
-No lo somos porque tú no quieres- Dice sonriendo.
Max piensa, todo lo que han vivido, todo lo que han reido juntos y ella solo lo considera un amigo, al menos eso le dijo la única vez que él se atrevió a comentarle lo que sentía.
-Eh, te has quedado muy serio- Dijo al fin Yainea - Perdona, se que no te gusta ese nombre, te traía malos recuerdos, o algo asi, ¿no?... Max, ¿me oyes?
"Claro que te oigo... solo estaba muriendome ahogado en mis recuerdos y mis penas" pensó, siempre tan trágico.
-Sí Yainea, te oigo perfectamente, solo estaba mirando la nube que tienes a tu espalda.- Decir lo que uno piensa es muy bonito... no decirlo, solo uno más de sus problemas.
-¿De que estás hablando? hoy no hay ningun tipo de nube... el cielo está completamente azul.
-Bueno, tal vez solo te miraba a ti.
-No hay quien te entienda, aunque a decir verdad no creo que haya quien quiera entenderte.- Susurró casi para sí mientras se sentaba a su lado. Una suave brisa le movió el pelo, sin llegar a alborotarlo, sonrió.
Pasaron los minutos, ninguno hablaba, ninguno miraba al otro, al menos abiertamente.
-Ya veo que has traido tu katana, como siempre, ¿no crees que ese árbol ya está suficientemente harto de ti?
-La he traido por que sabía que tardarías, como siempre, ¿no crees que ya estoy suficientemente harto de ti?- "Tal vez me he pasado un poco" pensó, aunque el daño ya estaba hecho.
-Si es esto todo lo que querías, creo que ya he cumplido mi misión, hasta luego, pues.

Yainea se levantó, intentando disimular su enfado, sin conseguirlo y comenzó a andar, despacio primero, esperando una palabra de perdón, deseando concederlo pero no dispuesta a regalarlo, palabra que no llegaba así que su paso se aceleró mientras su enfado crecía.
-Yainea,- ella se para - perdóname, sabes que no estoy pasando una buena racha- dijo él, pausadamente.
Ella se quedó quieta, él tenia razón al fin y al cabo, algo no andaba bien, y Yainea ansiaba descubrir el qué. Esperó.
-Han vuelto Yainea, esta noche.
-¿Los sueños?- Dijo con los ojos abiertos, de espaldas a Max - ¿"esos" sueños?
-Si, mis sueños. Me he despertado gritando... no se si lloré... pero cuando desperté mi padre estaba ya en la habitación.
-¿Cómo sabes que son los mismos sueños? nunca recuerdas ninguno.- Se da la vuelta.
-Sé que lo son, creo que esa discusión ya la hemos tenido. Hay algo en mi que me dice que lo son.
-Si, pero...- Calló, sabía que era una causa perdida.
-Sospecho que mis padres quieren que vaya a un psicólogo, al menos, es lo que yo querría para mi hijo en su lugar.
-Tal vez no sea una mala idea, ¿no crees? podría ayudarte, incluso encontrarles algún tipo de significado.
-Si, será perfecto llegar a la consulta de Don psicólogo y decirle que estoy allí porque tengo sueños que no recuerdo, que me hacen despertarme gritando y que además son iguales "¿Cómo va a saber si son iguales, mi queido paciente, si no los recuerda?"- El tono de burla era notorio, casi hiriente- será mejor que vaya aprendiendo a ponerme yo solito la camisa de fuerza, así al menos verán que no soy tonto, solo estoy loco.
-No es para ponerse así.
-Yo no me pongo de ninguna manera, -dijo ya más calmado- solo manejo probabilidades.
-Pues deja las probabilidades y te acompaño a casa, ¿te parece?
-No, no me parece, pero lo permitiré-
-Al fin te veo sonreir esta mañana, recuerda que mañana es nuestro primer día de vacaciones.
-Uf, mis padres deben estar encantados.- Dijo con una marcada ironía.

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Y a ver que sus parece. ( a que soy jodidamente vago?)

lunes, febrero 27, 2006

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domingo, febrero 19, 2006

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